En otoño avanzado, un impresionante despliegue de colores otoñales se despliega silenciosamente en un rincón del Parque Jiangfu. Los arces, como fuegos artificiales, iluminan la estación.

Desde lejos, el arce se asemeja a una llama, con una corteza gris o grisácea negruzca. Al observarlo de cerca, se da cuenta que sus hojas son de un número impar, generalmente formadas por 5 a 9 folíolos, con bordes serrados.

El mejor período para apreciar el arce es desde finales de octubre hasta mediados de noviembre. Sus hojas, originalmente verdes, se van tiñendo gradualmente de rojo anaranjado y escarlata en otoño, hasta que todo el árbol queda envuelto en un rojo intenso.

Cuando hace buen tiempo, la luz del sol se filtra entre las ramas y las hojas, creando un juego de luces y sombras. El árbol entero parece envuelto en un brocado transpirable. Una suave brisa otoñal agita las hojas rojas, haciéndolas mecer como nubes ondulantes o seda roja danzante.