La serpiente blanca

2012-11-28

En la antigüedad, en el Lago del Oeste, en Hangzhou, provincia de Zhejiang, había una serpiente blanca que conocía trucos de magia. Tras adquirir el temple de 1.000 años se convirtió en una muchacha con la belleza de una flor de loto recién salida del agua e iba vestida con ligeras ropas blancas. Esta hermosa joven es nuestra protagonista de hoy: la serpiente blanca, Bai Suzhen.

Bai Suzhen tenía una hermana que también era una serpiente, pero de color verde, y que se llamaba Xiaoqing. Juntas se decidieron a buscar la felicidad en el mundo de los seres humanos porque Bai Suzhen creía que eran los seres más avanzados y felices del mundo. En aquel momento la serpiente no conocía nada de los sentimientos humanos.

En la fiesta de Qingming, la gente realiza ofrendas ante las tumbas de sus antepasados. Es una antigua costumbre china que aún se conserva. Ese día, Bai Suzhen, la serpiente blanca, encontró a un hermoso chico entre el gentío pero luego lo perdió de vista lo que le puso muy triste. Se pusieron a buscarlo pero a mediodía, después de haber rodeado todo el Lago del Oeste, volvieron al Puente Roto sin haberlo encontrado.

-¿Hermana, te has enamorado de él? - le preguntó Xiaoqing a Bai Suzhen.

-¡No, no! - respondió Bai. Como hacen la mayoría de las chicas con el amor, Bai Suzhen se negó a manifestar sus sentimientos. Un instante después Bai vio de nuevo al joven y exclamó:"¡Sí! ¡Es él!" No cabía en sí de gozo.

Bai Suzhen lo observó minuciosamente. El rostro del joven era delicado y expresaba honradez y bondad. Pero ella no sabía nada de él, ni siquiera nombre y apellido. ¿Cómo iba a abordarle? Entonces, Xiaoqing, como buena hermana, puso en práctica uno de sus trucos de magia.

En ese momento aparecieron en el cielo gruesos nubarrones y arreciaron truenos y relámpagos desatándose una violenta tormenta. Las dos chicas tenían que tomar un barco para llegar a su casa y vieron uno pequeño en la orilla.

-¡Hey, barquero, déjenos subir! - gritaron las dos.

Un joven asomó la cabeza desde la embarcación, vio a las dos bellas chicas en la orilla y ordenó al barquero que las dejará subir. Ya en la barca, estaban agradeciéndole al joven su gesto cuando Bai Suzhen se dio cuenta de que era precisamente el chico que había visto entre el gentío. Bai Suzhen y Xiaoqing intercambiaron miraditas de complicidad y en sus rostros se dibujó una sonrisa.

-Mi apellido es Xu y mi nombre es Xian. Mi padre me puso este nombre porque cuando era pequeño, cerca del Puente Roto, me encontré con un dios. Xian significa Dios ? así contestó el joven cuando Xiaoqing le preguntó su nombre.

Luego Bai Suzhen le preguntó dónde vivía.

-Después de la muerte de mi padre me quedé solo. Ahora vivo en la casa de mi hermana mayor que está en la Puerta de la Onda Verde.

-Qué casualidad! - exclamó Xiaoqing -. Mi hermana se parece a usted: está sola en el mundo y va de un lado al otro. ¡Ustedes sí que son una pareja predestinada! - Sabemos que las dos chicas en realidad son serpientes. Para ayudar a su hermana a que lograse la verdadera felicidad en el mundo humano la serpiente verde contó esta pequeña mentira. En este mundo se cuentan muchas mentiras piadosas, ¿verdad?

Las palabras de Xiaoqing hicieron sonrojar a Xu Xian y Bai Suzhen bajó la cabeza. Justo en ese instante nació entre ellos una gran amistad. Ya estaban charlando animadamente cuando oyeron cantar al viejo barquero:

La casamentera está al alcance de sus ojos,

el hilo del matrimonio los entrelaza.

Aunque vienen de lugares diferentes,

la lluvia los ha reunido en la barca...

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