Al adentrarse en las montañas de Gubeikou, la vida parece pasar automáticamente a cámara lenta.
La sinfonía de ranas y cigarras llena el aire entre un exuberante follaje.
Vangen, el nombre de esta casa rural y también un tipo de planta.
Este remanso de paz parece filtrar todo el ruido, revelando silenciosamente una vibrante paleta de colores distinta a la vida urbana.
El atardecer tiñe el bosque de un resplandor anaranjado, las estrellas se entrelazan en los sueños mientras el sueño se profundiza, arrullado por la brisa vespertina.