El Zhuazhou (抓周) es una de las costumbres más importantes en el primer cumpleaños de un niño en China. Es esencialmente, una prueba en la que los padres colocan una serie de objetos delante de la criatura para que escoja entre ellos, determinando así sus futuras inclinaciones y capacidades. Los primeros registros escritos de esta antigua tradición se remontan a la dinastía Song (960-1279).
En los últimos años de la dinastía Qing (1644-1911) era una costumbre muy extendida en Beijing. Sin embargo, Zhuazhou no es una ocasión para grandes celebraciones; de hecho los anfitriones no mandan invitaciones, porque la idea es que los familiares se presenten espontáneamente para celebrar el primer cumpleaños del niño o niña.
Los regalos son sencillos: “dim sum” o juguetes. No es usual regalar joyas u otros objetos de valor este día. Los mayores que ven al niño por primera vez regalan una moneda que se pone alrededor del cuello del bebé con una cinta. Esta es una costumbre que se hace en muchas ocasiones, no solo en los cumpleaños.
La ceremonia del Zhuazhou normalmente se lleva a término a la hora de cenar, antes de comer los ‘fideos de la longevidad’, otra de las tradiciones que no pueden faltar en los cumpleaños chinos.
Si se trata de una familia acaudalada, se instala una mesa sobre la cama (o “kang” – un ladrillo caliente usado en el norte). Sobre la mesa se colocan varios objetos relacionados con alguna actividad a la que el niño pueda dedicarse en el futuro. Al ser una tradición antigua, los objetos suelen ser diferentes dependiendo de si es niño o niña,una diferenciación que hoy en día resultaría un tanto desfasada.
Así, en el caso de ser un varón, se colocan: un sello, libros clásicos del confucianismo, el budismo y el taoísmo, un pincel, tinta, papel, un tintero de piedra, un ábaco, monedas, un libro de contabilidad, joyas, flores, carmín, comida y juguetes.
Por el contrario, si se trata de una niña, los objetos que se colocan suelen estar relacionados irremediablemente con las labores domésticas, como un cucharón, una cuchara (que representa los utensilios de cocina), tijeras, una regla (que representa los utensilios de coser), hilo y un libro de diseños para el bordado.
Sin embargo, esta práctica es bastante más simple en familias comunes, en las que normalmente se usa una bandeja de cobre en lugar de una mesa, y se colocan un libro escolar, un pincel, un ábaco y un pastel. Para las niñas, se añaden tijeras, tijeras de podar y una regla.
A continuación, los padres se sientan frente a la mesa o bandeja para ver cómo reacciona el bebé. El niño o niña es libre, sin ayuda ni consejo de los mayores, de escoger entre los objetos dispuestos, los cuales se usan para predecir sus futuros intereses, sus inclinaciones y su futura carrera profesional.
Elegir el sello indica una carrera como funcionario; los objetos de escritorio sugieren que el niño será trabajador y con talento literario; el ábaco presagia una predilección por las estadísticas y las finanzas.
Una niña que escoja un utensilio de cocina o de costura será una buena ama de casa. Por otro lado, un niño o niña que agarre el pastel o un juguete se dice que sabrá saborear los placeres de la vida.
En resumen, los padres y familiares tienen grandes esperanzas en el futuro de sus hijos e hijas, y la tradición del Zhuazhou es una manera de expresar sus deseos y también una guía de cómo estimular y educar al infante. Aunque muchos padres no son supersticiosos siguen llevando a cabo esta tradición, que ha pasado de generación en generación durante mucho tiempo y que sigue viva hoy en día.