Los Shi Ji ( Registros Históricos)

2012-11-02

Los Shi Ji o Registros Históricos constituyen una monumental obra tanto historiográfica como biográfica que ha ejercido una influencia invaluable en la historiografía y la literatura china. Redactada a principios del siglo I a. de C., la que fue la primera historia general de nuestro país y pionera del género biográfico está compuesta por 500 000 caracteres repartidos en 103 volúmenes, que abarcan los tres milenios comprendidos entre los tiempos del legendario Emperador Amarillo y la época en que vivió su autor. En ella se ofrece un enorme caudal de información sobre multitud de ámbitos, entre los que destacan los de la política, la cultura, la historia, la cronología, la astronomía y la biografía.

Su autor, el literato e historiador Sima Qian, vivió a mediados de la dinastía Han del Oeste. De joven viajó por numerosas regiones para conocer la vida y las costumbres del pueblo, familiarizarse con las condiciones naturales y de producción de los dominios imperiales, y visitar restos de la antigüedad con el fin de recopilar hechos y datos sobre personajes históricos. En sus periplos, el joven fue formándose una opinión propia sobre el devenir de la historia.

A la muerte de su padre, acaecida en el año 107 a. de C., Sima Qian le sucedió en el puesto de historiador de la corte. Mientras ordenaba los archivos, reparó en que los datos disponibles eran confusos, ya que habían sido registrados en diferentes reinados y narraban un mismo hecho desde puntos de vista no siempre coincidentes. La constatación de este hecho fue lo que le animó a escribir una nueva historia general.

Pero justamente cuando se disponía a iniciar su opus magnum, se vio envuelto en una intriga política y el emperador Wudi lo condenó a ser castrado. Una vez rehabilitado en su cargo, el único deseo de Sima Qian, muy abatido física y anímicamente, era redactar los Registros Históricos, tarea que culminó al cabo de trece años.

Esta obra, conocida también como Registros del gran historiador, se divide en cinco partes: «Registros principales», en la que se narra las sucesiones de los reyes y emperadores; «Tablas», una cronología presentada en forma tabular; «Libros», una serie de monografías sobre la historia del calendario, la astronomía, la ingeniería hidráulica, la economía, la cultura, etc.; «Linajes», que recoge las hazañas de los nobles; y «Biografías», dedicada a glosar la vida de miembros de diversos estamentos sociales. En estas dos últimas partes, así como en la primera («Registros principales»), la historia es contada por sus protagonistas, original recurso expositivo con el que el género autobiográfico se incorpora a la historiografía.

Los Registros Históricos son considerados fieles a la verdad. Decidido a ofrecer un recuento de la historia de China vívido y lleno de color, Sima Qian, lejos de contemplar la labor historiográfica como una mera alabanza de las gestas de los gobernantes, extendió el alcance de su gran crónica a campos como la economía, la cultura, la geografía y la etología humana, ámbitos en los cuales no entraba la historiografía oficial circunscrita a la política.

Quizá por haber sido víctima de las injusticias del destino, el autor de los Registros Históricos prestó especial atención a la fuerza vital y la valentía, lo que le llevó a incluir en su obra a ciertos personajes que, a pesar de no ajustarse a las convenciones, poseían estas dos cualidades.

Basándose siempre en datos históricos, Sima Qian traza escenas llenas de dramatismo y rasgos inconfundibles: gentes humildes que se levantan en armas y conquistan el país; héroes con grandes ambiciones pero en apariencia cobardes; caballeros modestos cuya fama supera a la de los reyes; generales que nunca han conocido la derrota; asesinos que llegan a sacrificar su vida; intelectuales capaces de vencer al Estado con su inteligencia; bellas mujeres que se fugan con sus amantes en busca de la felicidad; etcétera.

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