El youtiao, también conocido como churro chino, es uno de los desayunos más tradicionales del país asiático. Desde muy temprano, el pueblo chino ya tenía la costumbre de tomar youtiao de color dorado, muy crujiente, con un vaso de leche de soya, que es el más rico sabor por las mañanas. Un youtiao, siempre tiene la forma de dos tubos unidos. ¿Por qué? Esto tiene relación con la leyenda de su origen.
Se dice que el youtiao fue creado por el pueblo de Hangzhou, ciudad sureña de China. En el año 1142, el célebre general de la Dinastía Song del Sur, Yue Fei, fue asesinado por el “vendepatria” Qin Hui y su mujer. Cuando el pueblo de Lin'an (actual ciudad de Hangzhou) se enteró de la noticia, se mostró muy indignado, y aborreció a Qin Hui y su mujer. En aquél tiempo, había un restaurante que vendía comidas sofritas. El dueño del restaurante estaba muy furioso, entonces moldeó con masa a dos personas y las echó en aceite caliente al grito de: ¡venga, a comer Qin Hui sofrito! El pueblo vino, formando una fila interminable, dispuestos a comer. Posteriormente, otros restaurantes imitaron esta forma de preparación y, tras un tiempo, casi todos los restaurantes de la ciudad hacían Qin Hui sofrito, y esta costumbre también se transmitió al resto del país. Hasta hoy en día, la mayor parte del país llama a esta comida youtiao. Sin embargo, en algunos lugares aún se le dice Qin Hui sofrito. Entonces ¿cómo se prepara el churro chino?
Ingredientes:
Harina: 220 g
Huevo: 20 g
Sal: 3 g
Polvo de hornear: 5 g
Bicarbonato de sodio: 3 g
Aceite: 15 g
Agua: 120 g
Preparación:
Mezclamos el agua, el aceite y el huevo hasta lograr una mixtura homogénea.
Luego combinamos la harina, la sal, el polvo de hornear y el bicarbonato sódico con la preparación anterior que se ha mezclado antes.
Amasamos un poco hasta que la masa logre una textura lisa.
Extendemos la masa, después la cubrimos con una película plástica y la llevamos a la nevera. Dejamos refrigerar alrededor de ocho horas.
Pasado este tiempo, retiramos la masa y la batimos un poco.
Damos forma rectangular a la masa con rodillo.
Cortamos la masa en trozos largos de 3-12 centímetros.
Unimos los pedazos, formando pares.
Estiramos la masa y la introducimos en el aceite caliente. La temperatura del aceite debe ser de alrededor de 200 grados.
Después de 5 segundos, el churro flotará en el aceite.
Volteamos con palillos el churro para que se cuezan todas sus partes.
Retiramos el churro de la sartén cuando este logre un color dorado.
Ya está listo.
Ahora hablaremos del churro español. Si paseamos por las calles de España, no será difícil encontrar esta comida popular: el churro. El churro es una masa a base de harina de trigo cocinada en aceite, una comida de las denominadas “frutas de sartén”. Su forma puede ser recta, en forma de bastón o formando lazos. En sus variantes modernas, a veces pueden tener relleno o estar rebozados con azúcar, chocolate, crema pastelera o dulce de leche. Suelen consumirse junto con una taza de chocolate caliente o café con leche. A diferencia del churro chino, que es salado, el churro español es dulce. Pero tienen en común que ambos generalmente se toman como desayuno.
En cuanto al origen de los churros, una teoría dice que fueron traídos a Europa por los portugueses desde China. Otra teoría es que los churros fueron inventados por pastores españoles para sustituir las pastelerías frescas. La masa de los churros era fácil de producir, para luego freírlos en un fuego a cielo abierto en la tranquilidad de las montañas, donde los pastores pasaban la mayor parte del tiempo.Podemos elaborar churros españoles siguiendo estos pasos.
Ingredientes:
Harina para pastel: 100 g
Azúcar: 20 g
Mantequilla: 25 g
Leche: 160 g
Huevo: 2
Preparación:
Echamos azúcar, mantequilla y leche en la olla. Apagamos el fuego tras el primer hervor.
El segundo paso en la elaboración de la masa consiste en filtrar la harina hacia la olla.
Mezclamos todos los materiales hasta formar una masa.
Vertemos el huevo en la masa con fuego lento, mientras mezclamos, y apagamos el fuego.
Luego introducimos la masa en la churrera (artefacto con boquilla en forma de "estrella") y expulsamos los hilos de masa.
Echamos los hilos ya cortados en el aceite caliente, a un temperatura de alrededor de 170 grados.
Cuando logren un color dorado, los sacamos y escurrimos el aceite.
Ya está listo. Puede consumirlos acompañados de chocolate caliente o café con leche, y así iniciar un día marravilloso.