La Gran Muralla de China sirvió durante siglos como protección para millones de personas de todo el país. Ya en tiempos remotos se convirtió en una de las maravillas del mundo, pero la naturaleza y el comportamiento humano irresponsable han pasado factura a la muralla. Los expertos creen que ya es hora de que todo el mundo ayude a preservar este increíble monumento.

La protección de la Gran Muralla china siempre ha resultado ser una tarea complicada. Su amplia distribución así como la compleja preservación del ambiente y la localización a lo largo de áreas subdesarrolladas plantean numerosos retos. Para resolver el problema, las autoridades chinas han animado al público a participar en la protección de esta maravilla. Así es como nació en junio de 2018 la Unión para la Conservación de la Gran Muralla. Su objetivo es ayudar a difundir la cultura y mejorar la calidad del turismo en este histórico lugar.

La Gran Muralla se compone de varias murallas interconectadas construidas entre el siglo VII a.C. y la dinastía Ming (1368-1644). Fue incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1987.

En la actualidad hay 43.000 partes de la Gran Muralla en China, que cuentan con una longitud total de más de 21.000 kilómetros, según un plan de protección. Entre las partes hay 10.000 secciones de muralla, 1.700 secciones de trinchera, 30.000 ejemplos de arquitectura y 2.200 pasos y fuertes.

El documento, que tiene como objetivo establecer un mecanismo a largo plazo para la protección y utilización de la Gran Muralla, fue conjuntamente publicado esta semana por el Ministerio de Cultura y Turismo y la Administración Estatal de Patrimonio Cultural.