Joven africana: En China hay muchas oportunidades

2018-10-11

Agripina Bindang Bayeme Mangue, salió de su Guinea Ecuatorial natal para estudiar en China en 2014. “Conocí sobre China mientras estudiaba en la secundaria, pero vengo a conocer más cuando apliqué para una beca del gobierno chino”. Llegó a la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing y luego de un año de estudios de idioma chino continuó su especialidad en finanzas en la Universidad de Economía y Negocios de Hebei en la provincia china del mismo nombre.

“Cuando salí de Guinea no imaginaba que China era tan grande, era distinto a lo que sabía, mi país es pequeño así que desde el aeropuerto pensaba que estaba en otro mundo”. Fue difícil comenzar su vida universitaria porque Agripina no hablaba bien ni inglés ni chino. “Cualquier cosa que hacíamos necesitabamos ayuda pero muchos de nuestros compatriotas que ya llevaban tiempo en China nos ofrecieron su apoyo tanto en los procesos de inscripcion a la universidad como en otros asuntos”.

Su enorme capacidad de superación le ha permitido actualmente hablar bien inglés, francés y chino. Cuando Agripina y sus compañeros llegaron a Beijing, los profesores tuvieron una influencia grande en el proceso de adaptación a los sabores del país asiático. “Nos ayudaron a probar la comida, a tomar té chino y participamos en diferentes actividades de la universidad lo cual nos ayudó a conocer la cultura y a adaptarnos al país y sus tradiciones”. Precisamente su capacidad para adaptarse le ayudó a continuar sus estudios en China.

Después de un año de estudios en Beijing, una nueva aventura le esperaba en Shijiazhuang, capital de la provincia de Hebei. “Fue comenzar otra nueva etapa. Me resultaba todo distinto a Beijing. En los estudios era difícil porque aunque hablaba chino, no era lo suficientemente especializado como para una carrera como finanzas por las exigencias de un vocabulario específico”. Una vez más la pasión por los estudios le permitió obtener buenos resultados. Ha estado cuatro años en China sin ir a su país.

“Echo mucho de menos a la familia, a los amigos, a la comida pero principalmente al cariño de la familia, el amor y el consuelo ante las dificultades de la vida, caes, te levantas y encuentras unos brazos abiertos que con amor te dicen: ¡Animo, no te rindas, eres la mejor, llegarás a la meta! ”. Ella es hija única así que cada vez que habla con su mamá le pregunta hasta por los más mínimos detalles de su vida en China. “Ser la única de mi familia que habla chino tiene un precio”.

La primera africana

El 31 de agosto pasado terminó de hacer las prácticas en la ciudad de Shijiazhuang en la sucursal Tianyizhihang del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC, siglas en inglés). “Mi rol como practicante, era ayudar a los clientes a realizar transferencias, abrir cuentas, analizar los movimientos en el balance de las cuentas, abrir cuentas electrónicas, recuperar cuentas y contraseñas”. Agripina recuerda con emoción el apoyo de sus compañeros chinos a su llegada al ICBC en Shijiazhuang: “Después de la reunión con los directivos, mi tutora me presentó a los colegas del banco y les dijo que no sólo me consideraran como colega sino también como un familiar y que podía contar con ellos para cualquier cosa”.

A medida que fue conociendo a sus compañeros e intercambiando con el público, se adaptó mejor. “Los colegas del banco fueron muy especiales. El jefe financiero del banco me dijo: ‘Es un honor para nosotros que puedas formar parte de la familia, sabemos que vas a aprender muchas cosas aqui, y nosotros estamos para formarte y ayudarte, esta es una gran oportunidad para ti y esperamos que lo puedas aprovechar como la primera africana que colabora con nosotros te deseamos una buena instancia aquí’”.

Recuerda que la acogieron como familia y le dieron muchos consejos. “Tras escuchar todo esto me sentí como en casa. Al principio cuando atendía a la gente era increíble, pensaban que yo estaba en el banco para solicitar algún servicio entonces les enseñaba mi identificación. Con el tiempo fueron entendiendo, y yo aprendí que el éxito se consigue con paciencia y humildad”. Agripina recibió muchos elogios y la felicitación de los clientes chinos.

“No podían creer que un extranjero les enseñara en chino las opciones que ofrece el banco. La gente es agradecida y muy curiosa, querían saber de mi vida y de mi país”. Con la experiencia obtenida en el banco su gran deseo es poder ampliar y profundizar sus conocimientos, trabajar en su país, en China, o en cualquier entidad financiera internacional. “Mi tutora me aconseja seguir estudiando y perfeccionar lo que he aprendido”.

El camino del futuro

Agripina se siente feliz en China, especialmente en Hebei, Shijiazhuang. Su experiencia como estudiante en China la convierte en un referente para los jóvenes de África y de Guinea Ecuatorial. “Me gustaría decir a mis compatriotas que aquí en China hay muchas oportunidades para los estudiantes. Antes de llegar uno debe de tener claros los planes y los propósitos en la vida”.

China sigue abriéndose al mundo y las oportunidades para cursar estudios especializados en distintas universidades del país asiático pueden ser aprovechadas muy bien por jóvenes africanos como Agripina. “Antes un extranjero no podía hacer prácticas en instituciones como la que hice este verano”. Destaca que en China no sólo se puede estudiar y hacer prácticas, también experimentar, conocer y mirar más allá de la profesión. “China está abierta a los jóvenes extranjeros del mundo, especialmente de África”.

En China además de sus estudios profesionales de idioma y de finanzas también asistió a un curso de formación de profesores de español del Instituto Cervantes. El futuro se abre ante sus ojos y Agripina como muchos jóvenes africanos ha ido descubriendo que China y África forman parte de una comunidad de destino común.

Xinhua


INFORMACIONES ÚTILES