Cuando la “segunda temporada” de su obra conceptual Apólogo 2047, se lanzó en el Centro Nacional de Artes Escénicas de Beijing el 12 de junio, el director chino Zhang Yimou estuvo entre la audiencia, no solamente observando la obra sino reflejando todo el proceso de producción.

Para el hombre de 68 años, la manera de mantenerse inspirado es crear una obra nueva.

En esta nueva producción, Zhang continúa con su idea original de Apólogo 2047, la cual se presentó en el CNAE en junio pasado, tratando con el tema de las relaciones entre los seres humanos y la tecnología.

La obra de 90 minutos se divide en siete partes, combinando actuaciones que incluyen una canción de 300 años de antigüedad que hace referencia a los barriles de madera de los leñadores de la aldea Liling, provincia de Fujian, con bailes modernos y efectos visuales creados por el especialista en hologramas 3D británico, Dominic Faraway.

A diferencia de la primera obra, la secuela no solo reúne diferentes formas de arte, sino que “explora las relaciones entre ellas,” asegura Zhang.

Por ejemplo, una pieza consiste en que la bailarina contemporánea Li Yu ejecuta unos ritmos de tambores creados por percusionistas del U-Theater en Taiwan junto con sonidos de khoomei (una técnica tradicional de canto de garganta de Mongolia), mientras brazos robóticos imitan sus movimientos.

Las sombras de los brazos robóticos son proyectadas en una pantalla gigante como piying, unas marionetas de sombras tradicionales chinas detrás de él, las cuales pasan de imitar los movimientos de Li a resistirlos, antes de finalmente revelarse contra él.

“Me interesa traer lo nuevo y lo viejo, oriente y occidente, todo junto. El conflicto y la armonía que deriva de estos experimentos me intriga,” afirma Zhang.

“Aunque a veces los experimentos no son muy exitosos y a la audiencia no le gustan, vale la pena intentarlo,” añade Zhang.