Auténticos sabores que llegan de Bilbao a Beijing

2018-02-15

El chef Eneko Atxa ha traído los auténticos sabores de su restaurante español de tres estrellas Michelin a la gran capital China.

Atxa coloca cuidadosamente dos pétalos en el cerdo frito para añadir el toque final al delicado plato.

Sus otros colegas se mantienen en la cocina ocupados en otros preparativos.

Un chef macera hierbas aromáticas en blancos platos, mientras que otro chef dibuja con un cuchillo en la salsa. Posteriormente, otros dos chefs colocan el cerdo y lo rocían con caldo.

Bajo la supervisión del gran chef, cada uno de los sesenta platos ya están listos para salir al salón donde esperan los comensales.

Este fluido trabajo en equipo no ocurre en el restaurante Azurmendi, de Bilbao, sino en pleno corazón de Beijing.

Para preparar esta cena de gala, Atxa tuvo que cerrar sus tres restaurantes de España y Reino Unido y trasladar a todo su equipo hacia la capital China. Con ellos, también llegaron ingredientes frescos y todo lo necesario para la perfecta confección de los platos españoles. Ellos quieren ofrecer una excelencia y autenticidad totales que garantice el sabor de la cocina y el vino españoles.

Es la noche de la inauguración de una serie de degustaciones, como parte de los eventos internacionales auspiciados por Vino y Vino, del Grupo Faustino, y el chef Atxa, que buscan unir la gastronomía española con la región vinícola más emblemática del país. En los próximos meses, este evento continuará sus ediciones en España y Reino Unido.

Nacido en 1977 en el país vasco, Atxa comenzó a los 15 años su carrera culinaria en la escuela de hostelería de Leoia. En el 2005, abrió su propio restaurante, Azurmendi, en Bilbao. Desde entonces, ha ganado docenas de premios, incluyendo varios títulos de "mejor cocinero" otorgados por instituciones culinarias locales, nacionales e internacionales.

"Al principio, sólo aspiraba a que mi restaurante estuviera lleno. Después de lograrlo, quería ver clientes esperando para entrar. Entonces fue que apunté a ganar una estrella Michelin, luego gané la segunda y la tercera", afirma Atxa, describiendo cómo paso a paso alcanzó sus metas.

Después de abrir -en septiembre del 2017- su cuarto restaurante en Tokio, el chef Atxa expande sus conceptos culinarios hacia otras regiones del mundo.

Beijing se encuentra entre sus planes futuros.

Como entusiasta ecologista, Atxa ha construido un jardín junto a su restaurante Azurmendi donde crecen frutas orgánicas, verduras y hierbas aromáticas que utiliza en los platos que ofrece.

Para la cena de gala en Beijing, Atxa se decantó por lo auténticamente español, incorporando delicias cultivadas en su maravilloso jardín.

Atxa subrayó que tienen un gran respeto por los ingredientes chinos, pero necesita aprender más acerca de cada uno de ellos.

"Me interesan los ingredientes chinos y, una vez que me familiarice con ellos, los usaré ", asegura.

La elegante cena de Atxa se combina con vinos del Grupo Faustino, una marca española con sede en La Rioja.

Atxa sofríe el cerdo y añade la albahaca, seguida de un toque de Fautino I Gran Reserva 2004 porque "ambos se toman un buen tiempo para madurar y dar lo mejor de sí. Juntos, logran destacarse el uno al otro”.

El último vino que llega con el postre no tiene etiqueta. La misteriosa botella es un vino especial de edición limitada coproducido por Atxa y Faustino. Atxa fue nombrado embajador del Grupo Faustino en 2017, y es co-anfitrión del evento “Taste the World”.

Lourdes Martínez Zabala, miembro de cuarta generación de la familia Faustino y actual propietaria del Grupo Faustino, se encuentra en Beijing por primera vez. Ella trajo consigo los exquisitos vinos de sus siete bodegas.

La familia Faustino ha vivido inmersa en viñedos, bodegas y vino desde 1861, cuando el bisabuelo de Zabala fundó el Grupo Faustino. En 1930, su abuelo comenzó a comercializar vino embotellado y a exportarlo por primera vez hacia Austria.

El vino Faustino llegó a China en 2006, de la mano del Rey de España Felipe VI (entonces príncipe heredero de España). Desde entonces, ha sido bien recibido en el mercado chino.

El pasado año se vendieron en China más de dos millones de botellas de vino Faustino, lo que representa alrededor del 10 por ciento de las ventas mundiales de la emblemática marca.

"El mercado en China ha crecido rápidamente en los últimos tres años", enfatiza Zabala. "Los clientes chinos parecen inclinarse por los sabores más fuertes que tienen los vinos importados."

El Pueblo en Línea


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