Bicicletas, cargas de celular, baterías, pelotas de baloncesto y karaoke en cabinas son algunas de las cosas que hoy en día forman parte del universo de la economía compartida en China. En 2016, cerca de 600 millones de personas hicieron uso de ella con un volumen de transacciones de más de 500 000 millones de dólares, según un informe del Centro Estatal de Información.

El éxito de las bicicletas de alquiler ha dado pie a la idea “de lo que es tuyo, es mío” y que todo es susceptible de préstamo gracias al desarrollo de la tecnología móvil.

Los servicios de baloncesto permiten a los usuarios rentar pelotas a través del escaneo de un código QR. Después de pagar un depósito de 69 yuanes ($10,17) con la aplicación de WeChat, pueden alquilarla a un yuan ($0,15) la hora. Los estudiantes con documentos de identidad lo pueden hacer gratis. La iniciativa ha ganado popularidad debido a la dificultad de su traslado y a lo fácil que se pierden.

Los karaokes han crecido como hongos en los centros comerciales y estaciones de metro de China para ayudar a la gente a pasar el tiempo. Las cabinas son a prueba de ruido y los usuarios pueden grabar y descargar sus interpretaciones.

Con una cinta para correr y un purificador en cada una, la caseta saludable, un espacio de 4 a 5 metros cuadrados, permite a su ocupante ejercitarse a un precio asequible y alejado de los tumultos. Los cuartos pueden separarse y el costo se calcula a razón de 0,20 yuanes el minuto.

Los puestos de renta de baterías de celular están localizados en centros comerciales, restaurantes y otros espacios públicos, lo cual permite al usuario acceder a ellos mediante una aplicación y el escaneo del código QR por 0,5 yuanes ($0,075) la media hora. La competencia es dura dada la gran cantidad de nuevas empresas involucradas ya en casos de violación de patentes, apenas en las primeras etapas del sector.